En este trabajo sobre Don Benito se ponen de manifiesto aspectos esclarecedores y a la vez tremendos de la realidad histórica extremeña del siglo XIX, que es para algunos el siglo arquetípico del liberalismo.

La clase política dombenitense estuvo constituida por algo más de 400 ciudadanos a lo largo de los 35 años del reinado de Isabel II. De ellos solo 171 desempeñaron cargos municipales y únicamente 330 pudieron votar en Cortes; un exigüo 3% de la población dombenitense tuvo acceso a la actividad política en esa etapa del S. XIX que fue la era isabelina. Además, esta clase estaba formada por una poderosa élite social, económica y cultural cuyo tentáculos aprisionaron sin alternativa posible a Don Benito. Todo apunta a que esta ciudad fue un ejemplo más de lo que ocurrió en la gran mayoría de las poblaciones extremeñas durante la era isabelina, e incluso durante todo el liberalismo decimonónico.