Es a estos vecinos anónimos, a las personas humildes y modestas que tanto abundan en los municipios extremeños, a quien va dedicada esta obra. Muchos de ellos tuvieron que llevar con resignación la pérdida de uno o varios miembros de la familia, a causa de la brutal represión franquista que afectó a este municipio tras su ocupación por los sublevados a mediados de agosto de 1936. Soportaron durante años con amargura y pesar la impunidad de esos despropósitos, y hora es ya de que reciban un modesto homenaje como el que se les tributa en estas páginas, impregnadas de vivencias, pero también de evocaciones. En democracia se pudieron exhumar las fosas comunes que tenían enterrados a sus seres queridos y en democracia se ha escrito este libro para que lo lean y coloquen en el lugar más preciado de su casa, en el convencimiento de que su contenido alivia el dolor sufrido durante tantos años.

De cumplir ese objetivo, y estamos convencidos que para muchos almendrucos y extremeños responde a esas inquietudes, entendemos que se cumplen con creces las expectativas marcadas en este trabajo por sus autores. Una obra que cabe circunscribir dentro del proceso de Recuperación de la Memoria Histórica que se viene desarrollando desde hace unos años en Extremadura, del que estamos convencidos que aún queda mucho por hacer dada la envergadura de la represión que asoló estas tierras en la guerra civil. Tragedia a la que los investigadores se están acercando sin revanchismo, sin deseo de potenciar desencuentros y enfrentamientos estériles dado el tiempo transcurrido desde que sucedieron estos hechos, pero con el firme propósito de dar a conocer la verdad, de saber lo sucedido con luz y taquígrafos, de poner, en definitiva, las cosas en su sitio, y dar dignidad a quienes la perdieron impunemente hace tantos años.